Carta abierta a Sergio Fajardo, Gustavo Petro y Humberto de la calle.


Carta abierta a Sergio Fajardo, Gustavo Petro y Humberto de la calle.



Debe ser ardua la labor de estar en la política, debe haber en esas actividades una serie de tensiones que, sin duda alguna, yo no sabría cómo llevar. Entiendo la razón por la cual varios de ustedes han afirmado públicamente que no forjarían alianzas entre sí, Colombia es hija de polarizaciones, hija de falsos disyuntos que han permeado decisiones de gran peso histórico.

La Colombia de los días de hoy no es la misma Colombia de hace cuatro u ocho años, algo cambió en el panorama; ustedes lo saben bien, en el caso de Humberto de la calle, tenemos claridad que estuvo frente al proceso de paz desde el inicio hasta el final. La Colombia actual, viéndose transformada, viendo cómo muta su Statu quo, no puede resistir otro periodo de muerte.

Habiéndose diluido las FARC-EP como cuerpo armado, se registró un serio escalamiento de esos grupos que se denominan “Gaitanistas”, ustedes conocen la historia, conocen el papel de las AUC y sus variaciones, conocen su génesis y conocen su creador.

El peligro acecha por medio de las mismas falacias que han configurado nuestros anteriores escenarios políticos. La falacia del comunismo, la falacia de la mala administración, la falacia que desvirtúa todo aquello que no vende miseria y muerte. Personalmente, no deseo vivir en un comunismo, de entrada, porque los casos históricos del comunismo han sido dicientes; sin embargo, tampoco tengo razones de peso para pensar que alguno de ustedes planee eso para Colombia.

Fajardo, Petro y De la calle, actores políticos que han apoyado el desarme de las guerrillas por medio de diálogos; cada uno de ustedes ha mostrado su postura reflejando que existe política más allá del conflicto armado, Fajardo tiene una propuesta de “Reconciliación” con relación a las guerrillas que aún son vigentes, pero también tiene una propuesta con relación a las nuevas generaciones llamada “Jóvenes con futuro”. Petro tiene un sistema de propuestas vinculado conceptualmente con la “Bogotá humana” llamado “Colombia humana”, ahí encontramos propuestas sobre energías limpias (muy pertinentes con relación a problemas, de hecho, globales) y un modo distinto de ver la tierra que no está en procesos de producción. Humberto de la Calle posee propuestas que todos hemos deseado al ver el noticiero: “corruptos sin casa por cárcel”, nuevas concepciones del “Icetex” (Una de las cruces más comunes en los Colombianos que deciden estudiar) y también una propuesta de beneficios para quienes quieran invertir en zonas de post conflicto.

A los ojos de cualquier transeúnte, sólo encontraremos diferencias en las propuestas de ustedes tres. Acá es cuando la carta, por ser abierta, tiene valor para todos los que pensamos una Colombia más allá de la guerra. Es necesario, es de vital importancia, que ustedes tres cedan ante sus diferencias y aprendan a hallar sus puntos en común. No lo vean como una jugada de por vida, pero hay que empezar a hacer contrapeso a la cultura que heredamos de la violencia de los 80´s,  a la narco estética que dejó Pablo Escobar, a la mentalidad de “tengo que matar a todo el que no piense como yo”, a la mentalidad de “hago lo que quiero porque soy el putas, tengo mis pájaros, mis tierras y acá mando yo”, a la mentalidad de “me vuelvo rico dejando pasar droga en el aeropuerto, armo a mi gente y luego me apodero con guerra de gran parte del país”. Es una tarea del presente hacer frente al Uribismo como sector radical en Colombia.

Ustedes, en tanto políticos, usualmente reclaman cierta atención del pueblo colombiano. Ese pueblo que, no habiendo sido educado con antelación, ha caído en las peores promesas. Es un gesto significativo el problema de la abstención en Colombia, es iluso de su parte creer que pueden llevar a la mayoría del pueblo colombiano a las urnas sin ofrecer antes un gesto significativo de su parte, ese gesto es la necesaria coalición contra la extrema derecha.

Únanse, hagan peso fuerte al uribismo. Unan bajo esa concepción al pueblo colombiano que ha sido afectado por los estallidos de la guerra, restituyan la fe en la democracia (porque ustedes saben que la democracia, en gran medida, es cuestión de fe). Colombia empezó a soñar, pero para materializar esos sueños, hay que anteponer los elementos comunes antes que los individuales. Si ustedes tienen diferencias eso está bien, prefiero lidiar con diferencias en términos administrativos, que con un panorama de escalamiento de guerra y paramilitarismo.

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